viernes, 29 de septiembre de 2017

“LA SALUD DEPENDE DE LA INTERACCIÓN CON EL MEDIO AMBIENTE.” DR. JAVIER AIZPIRI

“LA SALUD DEPENDE DE LA INTERACCIÓN CON EL MEDIO AMBIENTE.” DR. JAVIER AIZPIRI


El doctor Javier Aizpiri es médico especialista en neurología y psiquiatría. Es profesor del Máster de Medicina Antienvejecimiento de la Universidad Autónoma de Barcelona. Y dirige el Instituto Burmuin, en Bilbao.

El sábado, día 23 de octubre, dio una interesante charla en el hotel NH Villa de Bilbao sobre Medicina Integrativa.

La medicina integrativa o integral es un concepto médico que fusiona los métodos diagnósticos y terapéuticos de la medicina occidental con las medicinas complementarias, considerando la salud con una visión holística. Considerada la medicina del futuro, la medicina integrativa consiste en reunir criterios médicos convencionales y terapias más naturales y alternativas bajo estrictos controles profesionales para que los pacientes prevengan, traten y se recuperen, recibiendo un tratamiento personalizado y adecuado a sus características. Este tipo de visión médica permite, por ejemplo, que los pacientes empiecen por un remedio no agresivo y así estimular los mecanismos autorreguladores del cuerpo. ("Pensamientos en torno a una mesa")

Vivimos en un mundo lleno de tóxicos, lidiando con enfermedades que hasta hace unas pocas décadas apenas se conocían y hoy aumentan de forma exponencial. Enfermedades autoinmunes (celiaquía, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, Crohn, fibromialgia, Alzheimer, Parkinson, intestino irritable y un largo etc.), psiquiátricas, de aprendizaje, cáncer…

Como muestra, dejo las siguientes gráficas. No importa cuál de las enfermedades mencionadas representen, en todas ellas se observa claramente la evolución al alza:


Ante esta terrible evidencia de la escalada de enfermedades con las cuales convivimos, ¿qué puede hacerse para intentar revertir esta tendencia? Aizpiri nos propone prevenir, para lo cual habría que remontarse al mismo comienzo… o incluso antes… Seis meses antes del embarazo, convendría desintoxicarse y suplementar la alimentación materna con productos naturales de forma que se logre un buen equilibrio en el organismo de cara a su próxima gestación del bebé.

En la actualidad somos conscientes del peso que tiene el medio ambiente en el desarrollo de la persona. Sabemos que incluso el código genético puede variar, y que efectivamente lo hace, para bien o para mal, activado por el entorno, en especial por los tóxicos y la alimentación. Y es que, como explica Aizpiri, la nutrición es vital para la formación del genoma.

Una importante parte de nuestro genoma es el microbioma con el que contamos en nuestro intestino. Cientos de miles de millones de bacterias que forman nuestra flora intestinal y que son indispensables para el metabolismo, la nutrición y la absorción de nutrientes. Estas bacterias cuentan con su propio genoma (microbioma) que interactúa constantemente con el nuestro, activando o inactivando genes y aportando la actividad de otros genes que no poseemos.

La principal función de la flora intestinal es protegernos de elementos nocivos que entren en nuestro cuerpo, los tóxicos sin embargo, pueden dañarla severamente. Como consecuencia, la flora intestinal no podrá cumplir su cometido como barrera de protección, permitiendo así que fluyan los tóxicos por nuestro organismo en lugar de eliminarlos.

Esta exposición a los tóxicos de la que hablamos comienza muy tempranamente: en el vientre materno. Los efectos los sufrirá la madre al cabo de los años, pero el niño los mostrará de una manera más inmediata en la forma de alergias, asma, intolerancias a alimentos, piel atópica… En casos más severos, y gracias a la progresiva acumulación de nuevos tóxicos tras el nacimiento, pueden aparecer trastornos de la atención con o sin hiperactividad, autismo, etc.

Los seres humanos vivimos desde el nacimiento en contacto permanente con los contaminantes. Los niños son más vulnerables que los adultos a las exposiciones ambientales ya que todos los sistemas de su organismo están en desarrollo… Los factores de origen de muchas enfermedades crónicas se acumulan en el organismo desde las primeras etapas de la vida, y todo lo que ocurre en las etapas embrionaria y fetal es de vital importancia. Existe por tanto un número creciente de enfermedades en la infancia asociadas con un entorno contaminado. (INMA Infancia y Medio Ambiente. Proyecto de investigación con el objetivo de estudiar el papel de los contaminantes ambientales durante el embarazo e inicio de la vida, y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.)

La gestación es un momento muy vulnerable ante el efecto de la toxicidad medioambiental. Pero también entre los niños y las personas adultas, las hay que sufren un mayor riesgo de verse afectadas que otras.

“La fortaleza del sistema inmunitario varía enormemente de una persona a otra, habiendo personas con un sistema inmunitario muy débil desde el nacimiento, y algunas pocas con un sistema extraordinariamente fuerte. Lamentablemente, debido a la toxicidad medioambiental y la forma de vida actual, llena de químicos y estrés, nuestro sistema inmunitario parece encontrarse más débil con cada nueva generación. El grado de toxicidad y ensuciamiento celular y sanguíneo repercute directamente en la capacidad de respuesta de nuestras defensas… No se puede hablar sin embargo de un sistema inmunitario debilitado, única y exclusivamente, puesto que esta disfunción siempre va acompañada de alteraciones hormonales y del sistema nervioso.” Dolle, K. y Saavedra V., 2013, p. 249).

Como asegura el doctor Aizpiri, una buena salud depende de una buena interacción con el medio ambiente.

Para el cuidado de la gestación, la lactancia y todos los períodos de la vida en general, el doctor Aizpiri nos propone la medicina integrativa, una disciplina que no trata enfermedades, sino personas.
Personas con realidades únicas a las que hay que ver y tratar en su conjunto, como la unidad que son. Un todo en el que lo que ocurre a nivel intestinal o en el hígado, afecta y determina lo que pasa en el cerebro.

Aizpiri recomienda cuidar el eje cerebro-hígado-intestino. Siguiendo tres principios: la detoxicación, la recuperación intestinal y la recuperación de la función hepática.



Los cambios son lentos y por ello se le debe dar el tiempo necesario al tratamiento para notar sus plenos efectos beneficioso para la salud.

“Podar, abonar y poner al sol”.

Es que soy agricultor y en mis horas libres me dedico a la Fruticultura. Y todo en la naturaleza se reduce a lo mismo. Podar es eliminar todo lo tóxico, abonar es dar nutrientes y poner al sol significa dar tiempo al ser vivo para que el sistema de limpieza y nutritivo haga su trabajo, para que pueda desarrollarse y producir. Es el abecé de la naturaleza y sirve lo mismo para los animales y las plantas que para las personas. Con los pacientes pues hay que hacer lo mismo. Hay que eliminar de su organismo todos los tóxicos así como corregir los hábitos nocivos; todo lo que evita que sus células se desarrollen y estén en plenitud. Obviamente para ello hay que estudiar íntegramente a la persona, valorar la función del sueño, el ejercicio físico, el sistema nutricional, el sistema de excreción y su mundo afectivo y emocional. Después de podar hay que abonar, nutrir la célula, volver a recuperarla si está intoxicada o mal nutrida. Es curioso que en una sociedad del bienestar como la nuestra el mayor porcentaje de enfermos nos lleguen mal nutridos, antropológica y biológicamente. Y finalmente esperar porque el metabolismo de toda persona tarda un tiempo en recuperarse. Asimismo, hay que hacer que el paciente adquiera hábitos nuevos y saludables. Al final lo que habrá es un conjunto de células que vuelven a funcionar al unísono. Dr. Aizpiri.

En general, lo que pretende este enfoque médico es que sea el propio enfermo el protagonista de su recuperación, que se dé cuenta de que merece la pena el esfuerzo para recuperarse. Para lo cual habrá de adquirir adecuados ritmos de sueño y alimentación, cambiar sus hábitos de vida y dejar atrás la idea de que podrá curarse tomando simplemente unas pastillas.

Con el compromiso del paciente pueden conseguirse verdaderas maravillas y resultados increíbles, asegura Aizpiri.

El doctor terminó su exposición con una frase de Ghandi que me pareció muy acertada y que dejo también como colofón de este artículo: “La tierra es suficiente para toda la humanidad, pero no para la voracidad de los consumidores.”

Por Rosina Uriarte

Rosina Uriarte con el doctor Javier Aizpiri y su equipo, Olaia y Ot Aizpiri.

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