domingo, 13 de marzo de 2016

TESTIMONIO DE CURACIÓN DE UN NIÑO HIPERACTIVO

Publicado en Tips4mums
Este artículo es la traducción de varios artículos en francés del blog "Sans Gluten" cuya autora es la madre de un niño hiperactivo, donde relata cómo a su hijo le fue diagnosticado TDAH a los 3 años. En la segunda parte explica los problemas diarios con su hijo en la escuela y en casa, y su lucha continua por encontrar una explicación y una solución al problema de su hijo, primero con la medicina convencional y luego probando diferentes terapias alternativas. En la última parte, nos explica cómo ella sola encuentra gracias a Internet que una intolerancia al gluten podía ser la causa y por fin, cómo su hijo se curó.Hiperactividad (1a parte), el diagnóstico(original en francés aquí)
Maverik había sido siempre un niño activo y relativamente nervioso pero sin ningún problema mayor. Hacia la edad de 3 años nos dimos cuenta de que tenía una cierta agitación, un temperamento revoltoso, un rechazo a la autoridad, además de hacer tonterías como subir al tejado, preguntar a la gente en los supermercados, tirar el aquarium sobre su cama, poner el termómetro en las tomas eléctricas, etc… en resumen, no escuchaba nada de nada, sin ninguna consciencia del peligro y todo y aún estando nosotros prestando atención continuamente.
Después de haber intentado de poner en duda nuestro sistema de educación en casa, conscientes de que había alguna cosa que no encajaba, consultamos un médico especialista del comportamiento. Este último nos envió a consultar un pediatra en un medio hospitalario con el fin de confirmar sudiagnóstico de niño hiperactivo con TDAH (Transtorno del Déficit de Atención – Hiperactividad). Después de exámenes y cuestionarios confirmaron el diagnóstico de nuestro médico.
Por fin habíamos encontrado el nombre del problema de nuestro hijo, ¡uf!, pero ¿como curarlo? A los 3 años y medio no hay respuesta terapéutica medicamentosa, solamente terapia comportamental y cognitiva. Por supuesto nosotros queríamos esta terapia comportamental pero no había terapeuta para los niños de nuestra región, así que la única alternativa propuesta era esperar para ver la evolución del niño hasta los 6 años. El médico nos dijo: “espabílense ustedes mismos por el momento y quizás podremos hacer alguna cosa dentro de 3 años”.
Hiperactividad (2a parte), las investigaciones (original en francés aquí)
¿Qué hacer por un niño hiperactivo que nada más tiene 3 años y medio? En seguida, buscamos los medios para canalizar su energía y se hacer escuchar, para que se sintiera bien consigo mismo y que llegara a concentrarse sobre las cosas que hacía. Para él, nada va suficientemente rápido y es muy difícil de seguirlo ja que se traslada sin parar hacia el futuro y se tiene la impresión de que no aprovecha el instante presente.
“¿Y después que vamos a hacer?” es la frase que reviene incesantemente. Como es hijo único, intenta acaparar nuestra atención a cada instante y los momentos cuando juega sólo tranquilamente son más que raros. Incluso la televisión no llega a atraer su atención más que algunos minutos. Respecto a su relación con el mundo, las cosas no son más simples tampoco, la palabra “retener” no existe para él y la paciencia es extraña a su comportamiento. Se puede adivinar el pensamiento de la gente que pasa y lo ve actuar “que mal criado que está este niño”. También vamos muy raramente a casa de los amigos ya que siempre hace falta tener los dos ojos sobre él, las llamadas al orden que le hacemos son rápidamente olvidadas.
Aborda la escuela sin problemas particulares, a parte de un pequeño problema de pronunciación para el cual le llevamos a un ortofonista. Después de algún tiempo, como no parecía progresar mucho, le llevamos a otro que a la primera sesión le hace hacer unos exámenes y los resultados son catastróficos. Una semana más tarde, le hace repetir los exámenes y el ortofonista nos pide si realmente era el mismo niño, ya que los resultados eran buenos. Este pasaje resume el inicio de la escolaridad de Maverick, a veces sorprendentemente bien y a veces sorprendentemente mal, pero con un déficit enorme de confianza en si mismo, lo cual era paradójico con el hecho de que quería siempre dirigirlo todo. Tenía, por ejemplo, enormes dificultades para colorear, colorear sin pasar la raya era una misión imposible para él, la palabra torpe le caracteriza muy bien, pero por el contrario, aprendía relativamente fácilmente a leer.
Como la medicina clásica no nos proponía ninguna solución para ayudar a Maverick, intentamos un cierto número de cosas para ayudar, además de un seguimiento cuotidiano de su mamá sobretodo. Para empezar la homeopatía. Intentamos varios tratamientos y con ningún resultado, en todo caso, sobre él. A continuación, probamos el magnesio con el cual pudimos constatar una ligera mejora de su comportamiento, sobretodo de su atención, pero con un efecto limitado en el tiempo. También probamos los elixires minerales como el quarzo rosa que produjo un efecto puntual pero no continuo. Pasamos por diferentes plantas y otros tratamientos sin efectos notables durante 3 años. En la escuela, el primer curso de la primaria se pasa relativamente bien, a pesar de los problemas de atención y su agitación que controlaba un poco “comiéndose” sus lápices y rotuladores a un ritmo desenfrenado. Un gran “uf” de alivio vino cuando pudo pasar a segundo curso, pero entonces empieza todo un nuevo capítulo.
Hiperactividad (3a parte) TDAH en fin una solución a la deficiencia de atención (original en francés aquí)

¡Cuando llegó a segundo curso cambió de perspectiva! Maverick tuvo serios problemas de aprendizaje debidos a una incapacidad de concentrarse y sus dificultades para escribir. Nosotros tuvimos continuas remarcas de los profesores desprovistos frente a este niño. Era la confusión total y ninguna persona no sabía cómo abordarlo para obtener un progreso. El no podía desarrollar sus capacidades.
Le pusimos un refuerzo escolar sin ningún éxito importante. Una falta de concentración evidente era constatado por los diferentes profesionales de la escuela. Comenzaron también los problemas sociales con los compañeros de la clase que no lo integraban en sus juegos. Además los centros de interés de Maverick y los de sus compañeros eran diferentes. El estaba más interesado en el teatro y actividades artísticas en vez del fútbol y el basket.
En un primer paso, tomamos en consideración de sacarlo de la escuela, pero estudiando la cuestión, no vimos la ventaja ya que sólo en casa encontraríamos los mismos problemas relativos al aprendizaje.
La toma de medicamentos nos fue aconsejado pero para nosotros no era una buena solución “drogar” nuestro hijo con anfetaminas. Así que decidimos buscar durante horas en Internet a fin de encontrar otra solución. ¿Por qué nuestro hijo es así, cuál es el origen de sus problemas? Vale decir que ningún médico convencional nos daba una respuesta clara.
Diferentes testimonios de niños habiendo seguido un régimen sin gluten y sin leche llamaron nuestra atención. En efecto, la intolerancia al gluten ha sido descubierta en ciertos niños que han efectuado análisis en un laboratorio especializado. Siguiendo nuestras investigaciones en este sentido, la lógica parecía evidente: en dos palabras, el gluten que no es digerido por ciertos individuos se transforma en toxinas llamadas péptidos opiáceos, y estos últimos atacan el sistema nervioso provocando así diferentes síntomas, incluyendo aquéllos de los cuales sufría Maverick. Un régimen sin gluten mejoraría el estado de ciertos niños hasta la completa desaparición de los síntomas. No hay milagro, la observación de la simple lógica de la naturaleza.
Con el fin de saber si efectivamente Maverick sufría una intolerancia al gluten, mandamos realizar un perfil de péptidos urinarios en un laboratorio especializado. Un nivel elevado de péptidos opiáceos en el análisis de orina confirmó esta intolerancia no solamente al gluten, sino también a la caseína contenida en los productos lácticos. Al fin una pista… muy lógica, aunque algunos piensen que no son más que pamplinas.
Se puede arreglar el problema del déficit de atención (con o sin hiperactividad) gracias a una terapia de rehabilitación natural con un régimen alimentario. Intententar un régimen parece mejor que dar a un niño estupefacientes y además sin un examen medical profundo.
Maverik comenzó el régimen sin gluten y sin caseína durante junio 2007. Durante aproxidamente 1 mes su comportamiento empeoró, pero ya nos lo habían prevenido, ya que se puede comparar a un organismo “con el mono”, pero perseveramos y después de 2 meses las mejoras se comenzaron a hacer sentir. Los profesores, asombrados, pudieron constatar una mejora constante académicamente y en su comportamiento.
Maverick salió de la niebla y puede continuar una escolaridad normal. “Por qué ahora si que lo se hacer?” fue una frase repetida entonces frecuentemente.
Maverick ha salido de la nebulosa que le enturbiaba la mente, sin ningún cambio a nivel de su carácter y de su personalidad, el es todavía tan vivo y activo. Voluntad, investigaciones, cambios han logrado dar sus frutos… funciona!! Entonces, por qué no??

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